viernes, 9 de enero de 2009

DESDE TU AUSENCIA



I
En mis palabras ya no hay dulzura
son cada vez más lejanas,
duras.

Mi voces no se escuchan
en las noches,
en la playa,
en la arena.
Mi corazón deja de latir

es todo tuyo.


II
Me siento solo
cuando estás lejos de mi cama,
de mis manos,
de mis abrazos,
de mis besos.

III
Por qué siento
el alma lejana
si usted no me acompaña.
IV
Dónde están nuestra palabras
de calles lejanas,
de encuentros,
de silencios,
de espacios.

V
Dónde estás
querida mía,
sin mis manos
y sin mis besos
cotidianos.
VI
Dime cómo detener mis pensamientos
la mano que apreta mi cabeza cerrada,
donde dejo que los recuerdos
mueran lentamente,
asfixiados
amarillos.

VII
No quiero verte en mi noche de
luna
sin antes apagar la luz
y dejar
que los fantasmas escapen.

Un sollozo,
una frase recorrida
en los espacios que dejamos
cuando acaban
de dormirse los
recuerdos.

VII
En los últimos días me he dado cuenta que me ha crecido la barba.
Y frente al espejo me pregunto si podrás venir,
sólo un instante,
para hacerme un pequeño recorte.

De paso,
¿podrías tijeretear este amor que dejaste pegado en mi rostro?

(Santiago/Valdivia 1994)