domingo, 30 de noviembre de 2008

CHILOE


Viejas comerciantes perdidas
me vendieron ajos, chalecos
y gorros chilotes.

Almaceneras de la esperanza
trajeron una sonrisa a sus estantes vacíos.

El tiempo no pasa
en los escaparates isleños.

Busqué, entre tejuelas e iglesias,
el paso de la esperanza.

Caminé por tierra firme,
buscándote entre barcazas
y buses.
Entre campesinos, pescadores,
vaquillas y corderos.

En micros destartaladas
que recogen, en cada recodo del camino,
cajas, maletas y sueños.

No estabas.

Te busqué entre sábanas desconocidas,
en el pescado frito
y en el vino blanco.

Te busqué entre los botes
naranjas.

Me subí a una nube negra
y lloví sobre Chauquenes,
Quehui, Chaulinec y Riñinahue.

No estabas.

Y se puso a llover
detrás de mi ventana

(1994)

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